¿Quién me iba a decir a mí que iba a terminar poniendo una receta de alitas de pollo hace unos años? Pues sí, no me gustaban nada las alitas de pollo y me negaba a probarlas fuera donde fuera. Hasta que un día me insistió tanto Angelita que las probé y me rendí a ellas. Ahora es uno de mis platos favoritos, pero, ojo, no todas; como vayan muy aliñadas me niego.
Angelita, esto es mérito tuyo, como otras tantas cosas que has hecho y haces en la vida de manera que nos la haces más agradable.
Ingredientes: 1 kg. de alitas de pollo limpias y partidas, sal, aceite y el zumo de 1 limón
Los ingredientes así de simples pero así de rico el resultado. Es el plato insignia del lema "menos es más".
Salamos las alitas y las ponemos en una sartén con abundante aceite a fuego medio-bajo y las dejamos durante media hora, aproximadamente, con la sartén tapada. Se trata de hacer que la carne quede jugosa y tierna. Retiramos del fuego y cuando haya templado un poco rociamos las alitas con el zumo del limón (sobre las alitas que estarán en el aceite todavía). Las ponemos otra vez al fuego, pero esta vez muy fuerte y conseguiremos que estén crujientes y doradas por fuera y , a su vez, jugosas y tiernas por dentro.
Servimos y a comer. Ya veréis como os chupáis los dedos.
Un vasito de gazpacho y estas alitas no hay quien se resista con el buen tiempo, que ya por fín ha llegado.
Asi deben estar riquisimas.
ResponderEliminarBesos. Lola